La curadora Johanna Lasner evaluó la obra, series abstractas, del artista Marcos Santos Espinel.

Evaluación.

La obra de Marcos Santos Espinel rescata esa ocasión de la crisis de la representación, momento en el que la imagen de la obra de arte varió, distanciándose totalmente de la representación figurativa para aproximarse a una no identificable, un asunto que todavía parece sobrecogernos.

Intuyo que aún nos sentimos sacudidos por el arte que cuestiona los criterios uniformes de representación y de la reproducción ilusionista de imágenes. En un mundo altamente dirigido por cánones, fórmulas, teorías y modelos, lo abstracto como ámbito narrativo suele provocar desafíos, sin embargo, es propicio y oportuno conquistar discursos alternativos de comunicación.

El trabajo de Santos justamente activa estos criterios de interpretación poco convencionales, su uso expresivo de la pintura se descubre en la relación con el espectador, en ello nos presenta su voluntad explícita de despertar una sensibilidad y la promesa de nuevas lecturas, esto es, oportunidades infinitas de interpretación.

La intensidad de la expresión es clave en su obra, se trata de una pintura libre en la que la fuerza de las emociones se maneja con diligencia a través del color, las formas indeterminadas, el brochazo emancipado, las pinceladas imprecisas y el trazo gestual.

La pintura de Marcos Santos es como describiría uno de los pintores más representativos del expresionismo abstracto, Robert Motherwell: “Pintar sin prejuicios, para seres inteligentes, sensibles, apasionados, es un proceso imaginado como una aventura”, (Catálogo de la exposición The School of New York, 1951), o como el artista mismo lo explica “no es nada concreto como paz, tranquilidad, odio, pero algo de todo eso”.

 

Biografía.

Curadora Guayaquileña Johanna Pazmiño-Lasner
Curadora Guayaquileña Johanna Pazmiño-Lasner

La guayaquileña Johanna Pazmiño-Lasner actualmente cursa el último año de la carrera de Licenciatura en Artes, en la especialización de Curaduría y Crítica de Arte, en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES)de Guayaquil. Johanna, además, se desarrolla como una artista emergente,autodidacta en técnica mixta y en variedad de materiales como vidrio, cerámica, carboncillo y pintura.

Por más de 12 años la fotografía le ha resultado un medio privilegiado en la exploración de la manipulación fotográfica y como fuente de investigación conceptual de temáticas sociales y psicológicas.

Gran parte de su trabajo está influenciado por sus tempranos estudios efectuados en Londres, en el área de diseño de interiores y técnicas de efectos especiales en pintura, en ello descubrió la importancia del proceso como estrategia de sondeo, de preparación interna y manifestación de las fases creativas.

En el 2014 contribuyó con la curaduría de la exposición “305 Megapascales”, de la artista colombiana Klaudia Muñoz, presentada en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC). Este año, Johanna participa como juez del concurso de ilustraciones del poeta guayaquileño Medardo Ángel Silva.

Su interés por la diversidad cultural la ha llevado a realizar trabajos en Haití y Guatemala, donde ha colaborado en varias misiones de asistencia destinadas a comunidades de escasos recursos. Viajar es otra de sus pasiones. Aprendió Francés en Vichy, Francia, y ha residido en Canadá, Inglaterra y en la isla de Saint Kitts and Nevis, actualmente vive con su familia en Pittsburgh, Estados Unidos.