¿Cómo nació Bienal de Guayaquil Álvaro Noboa?

Publicado en Diario El Universo.

Por Sergio Pérez

Juan Caguana Winner of the Second Bienale of Painting
Juan Caguana Winner of the Second Bienale of Painting

A medida que se aproxima la III Bienal de Guayaquil (se inaugurará el 5 de abril próximo. Las inscripciones serán hasta el 5 de marzo) debemos tomar conciencia de que en el Ecuador hay solamente dos bienales: la de Cuenca y la de Guayaquil. Sin embargo, la Bienal de Guayaquil es la única con sede propia, esto es, el Museo Luis Noboa Naranjo en memoria de un verdadero campeón y enclavada en el corazón del centro bancario, accesible a todos.

A Pablo Martínez Rojas, con el bagaje cultural legado de su padre el crítico de arte Luis Martínez Moreno, Zalacaín, y sobreviviendo en Miami, se le ocurrió mover cielo y tierra para obtener apoyo público y privado y hacer realidad la I Bienal de Miami. Años después, en calidad de cónsul de Ecuador en Nueva York logra maximizar los beneficios de la diplomacia, para vincularse estrechamente con los Rockefeller, la familia Hearst y sobre todo con los Kennedy.

Estos alcances sociales y profesionales fueron uno de los motivos para que el magnate Álvaro Noboa, reconociendo el talento del joven cónsul, le extendiera una invitación para incorporarse al equipo como su relacionista público. La capacidad económica en comunión con la experiencia organizativa lograda en Miami, establecen el Museo Luis Noboa en Guayaquil con Pablo Martínez a la cabeza como su director.

A las puertas de inaugurar la III Bienal de Guayaquil, es necesario señalar el carácter interactivo del museo que puede presentar arte pictórico apocalíptico en gran formato, como distintos géneros musicales en varios pisos como también una exposición de cuadros realizados por niños discapacitados.

En esta III Bienal el Museo mantiene su enfoque dirigido a estimular las nuevas propuestas de jóvenes artistas bajo la evaluación crítica de maestros consagrados como fueron Luis Miranda y Mariella García en ediciones anteriores.

Se destacar el carácter democrático de esta Bienal, a la cual no es necesario estar invitado para poder participar al estilo de un salón.